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Londres; 30 de diciembre de 2010

Después de desayunar y  poner nuestras maletas en el coche, pusimos rumbo a Heathrow donde íbamos a recoger a nuestros amigos que llegaban de su gran viaje y con los que habíamos quedado para pasar juntos el fin de año en Londres.
La llegada al aeropuerto fue bien a pesar de las innumerables rotondas, conseguimos llegar a la terminal 3 que era donde llegaba su vuelo,  eso sí, a la parte de salidas, ya que las llegadas sólo te da opción de entrar al parking. Al llegar a la zona de salidas, hay señales que te indican que sólo puedes estacionar 2 min y no valía aquello doy una vueltecita y otros 2 min, ya que hay un simpático policía controlando y no se podía volver en 2 horas.  Me bajé del coche para ir a buscar a nuestros amigos mientras mi marido se quedaba en el coche haciéndose el loco. Cuando volví acompañada, ya no estaba. Efectivamente el poli simpático le dijo que ya se había pasado el tiempo, así que dejo el coche en el parking. Importante por si alguna vez vais, sólo hay máquinas para pagar el parking en la 5 planta, que corresponde al nivel de salidas.
Una vez superado el reto de meternos en el coche nosotros 4 junto con todo el equipaje (el de nuestros amigos que llevaban un mes por el mundo y el nuestro de una semana), digo reto ya que el coche era un corsa de 3 puertas, nos dirigimos al apartamento que habíamos alquilado para los 4 en Londres, cerca de la estación de Limehouse.
Al llegar nos encontramos la sorpresa de que todas las calles de alrededor eran una especie de zona azul, es decir, que había que pagar unos 3 €/hora desde las 8:30 hasta las 17:00 (de lunes a viernes), en resumen una ruina.
Cuando fuimos a comprar encontramos un parking (Tobacco Dock Park) que estaba a una parada de tren (estación de Shadwell)en la calle Wapping Lane y que costaba 5 £/día, pero dado que ya eran casi las 5 de la tarde, decidimos ir a dejarlo el día siguiente ya que nuestros amigos arrastraban el jet-lag, yo no me sentía muy bien, pues arrastraba un resfriado hacía más de 10 días y ganó la opción de quedarnos en el apartamento contándonos sus anécdotas y descansando para el día siguiente.

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