
El camino hacia el caballo fue atravesando una Inglaterra muy rural. En la información que habia encontrado ponía que no habia perdida, tal cual se iba uno acercando se veian carteles indicando la dirección, la verdad es cuando vimos el primer cartel, ya fue el de parking para el caballo blanco. La llegada al parking es por un carretera muy estrecha por la que asciendes una colina. Hasta el momento ni rastro del caballo. Llegamos al parking que estaba en midad de un bosquecillo, pero eso si, con su correspondiente máquina para pagar, aunque como no funcionaba, esta vez no pagamos. Seguimos sin ver el caballo. En el lado derecho del parking, hay una escaleras, con unas indicadores hacia el caballo blanco.
Subimos las escaleras y nos sorprende un pequeño cartel en la puerta de la valla que nos informa que es una propiedad privada y que al pasar cerremos la puerta para que no se escapen las ovejas. Cruzamos la puerta y la cerramos, al pasar entre los arboles vemos un extenso prado ante nosotros:
Os estaréis preguntando, ¿y el caballo? pues nosotros también nos los preguntábamos, mientras seguimos caminando por el sendero, pasamos por el lado de las ovejitas, llegamos al otro lado de la valla, cruzamos otra puerta que daba una carretera... y de momento ni rastro del caballo.
Subimos a la pequeña colina que había al otro lado de la carretera y por donde parecía que seguía el sendero.
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